El conflicto en Yemen ha escalado recientemente, con tensiones entre los rebeldes hutíes y Estados Unidos, luego de los ataques aéreos estadounidenses en Saná, capital de Yemen, que dejaron un saldo de al menos 31 muertos y más de 100 heridos.
Los hutíes han prometido represalias y advirtieron que cualquier barco estadounidense que se acerque a 1,000 millas de las costas yemeníes será considerado un objetivo legítimo.
Además, los hutíes han reivindicado un ataque contra el portaaviones USS Harry S. Truman en el mar Rojo, como respuesta a los ataques aéreos y a las recientes acciones militares estadounidenses en la región.
Por su parte, Estados Unidos emitió una advertencia a Irán, acusándolo de apoyar a los hutíes y amenazando con atacar sus intereses si no cesa dicho apoyo.
El asesor de seguridad nacional del país estadounidense, Mike Waltz, calificó de inaceptable el respaldo iraní a los hutíes y dejó claro que todas las opciones están sobre la mesa.
Irán ha condenado las acciones de la administración de Donald Trump y ha advertido sobre una respuesta «devastadora» a cualquier ataque contra sus intereses.
El general Hoseim Salami, comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria iraní, señaló que cualquier amenaza contra Irán provocará una reacción dura y decisiva.