El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró este lunes una “emergencia criminal” en el Distrito de Columbia y anunció que las autoridades federales asumirán el control operativo de la seguridad en la capital. La medida incluye el despliegue inicial de 800 efectivos de la Guardia Nacional y el uso de la Policía Metropolitana para fines federales, con el objetivo, según dijo, de “limpiar” la ciudad de pandillas violentas y reducir la criminalidad.
En una orden ejecutiva, Trump sostuvo que la delincuencia en Washington D.C. está “fuera de control” y que la falta de respuesta efectiva del gobierno local pone en riesgo a funcionarios, ciudadanos, turistas y el funcionamiento del propio Gobierno Federal.
Trump comparó la situación de la capital con “algunas de las ciudades más peligrosas del mundo” y aseguró que no descarta aplicar medidas similares en otras urbes gobernadas por demócratas.
Acompañado por su gabinete y el secretario de Defensa, Pete Hegseth, Trump advirtió que el despliegue de la Guardia Nacional es solo el primer paso de una ofensiva más amplia contra el crimen y la inseguridad urbana.
Críticos argumentan que la decisión desafía la estructura constitucional que asigna la seguridad local a gobiernos estatales y municipales, mientras que la intervención federal a este nivel es considerada inusual.