Un sismo de magnitud 5.1 sorprendió la mañana de viernes a residentes de la isla filipina de Negros, provocando temor entre la población, aunque sin causar víctimas ni daños materiales significativos. El movimiento, registrado a baja profundidad (unos 10 kilómetros), tuvo como epicentro una zona cercana a la ciudad de Sipalay.
Debido a su intensidad, el temblor fue perceptible en distintos puntos del país, incluyendo áreas más alejadas como la provincia de Quezón y sectores de Manila, donde varias oficinas públicas activaron protocolos de evacuación por precaución. Entre los edificios desalojados se encuentran instalaciones del Senado y otros organismos gubernamentales clave.
El Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología confirmó que se han producido réplicas menores y advirtió que podrían continuar en las próximas horas. Mientras tanto, brigadas de emergencia monitorean posibles afectaciones en comunidades rurales cercanas al epicentro.
Filipinas es un país altamente sísmico por estar ubicado sobre el Anillo de Fuego del Pacífico. Aunque este evento no dejó consecuencias graves, vuelve a poner en evidencia la vulnerabilidad de muchas regiones del archipiélago frente a desastres naturales, como ha sucedido en ocasiones pasadas.