La noche del pasado miércoles, un momento de diversión se tornó en tragedia en Hartford, Connecticut, cuando un niño de 12 años resultó herido tras recibir disparos de bala.

 

El pequeño y su amigo de 11 años lanzaban bolas de nieve en la calle cuando una de ellas impactó en un automóvil en movimiento, ante lo que el conductor decidió dar la vuelta y abrir fuego, hiriendo a uno de ellos.

Rápidamente, el menor fue trasladado al Connecticut Children’s Medical Center, donde recibió atención. Afortunadamente, las autoridades han informado que sus lesiones no son mortales, aunque la comunidad se encuentra consternada por la violencia del ataque. “Podría haber sido mucho peor”, afirmó el teniente de policía Aaron Boisvert, subrayando la gravedad de la situación.

La policía de Hartford ha puesto en marcha una investigación para identificar al atacante y su vehículo, realizando un recorrido por la zona del incidente y revisando imágenes de cámaras de seguridad. Hasta el momento, no se han hecho arrestos y las autoridades llaman a la ciudadanía para que colabore con información vital para esclarecer este caso.