Estados Unidos expulsó esta semana a cinco inmigrantes en situación irregular y con antecedentes penales hacia Eswatini, un pequeño reino del sur de África gobernado por una monarquía absoluta, informaron fuentes oficiales de ambos países.
Según el Departamento de Seguridad Nacional, los hombres, de nacionalidades vietnamita, laosiana, yemení, cubana y jamaiquina, habían sido calificados como “extranjeros criminales” y permanecían detenidos en cárceles estadounidenses, mientras sus países de origen se negaban a aceptarlos.
La operación de traslado se realizó en un avión militar, bajo fuerte escolta armada, confirmó un agente de inmigración presente durante el embarque en Estados Unidos. A través de redes sociales, el gobierno reconoció que los cinco detenidos se encuentran en celdas aisladas y que se está facilitando su tránsito hacia sus países de origen, aunque no precisó las condiciones ni posibles compensaciones por recibirlos.
El presidente Donald Trump ha defendido públicamente las expulsiones de inmigrantes como parte de su estrategia para frenar lo que califica como una invasión de criminales extranjeros. Sin embargo, su política enfrenta constantes obstáculos legales por demandas que invocan derechos fundamentales de los afectados.
La llegada de estos detenidos ha puesto el foco en Eswatini, un país señalado por abusos a los derechos humanos bajo el mando del rey Mswati III.