Una tragedia aérea sacudió este jueves a la ciudad india de Ahmedabad, cuando un vuelo de Air India con destino a Londres se desplomó poco después de despegar. La aeronave, un Boeing 787-8 Dreamliner, llevaba a bordo 242 personas (232 pasajeros y 10 miembros de la tripulación), y cayó sobre una zona residencial, provocando una explosión visible desde varios kilómetros a la redonda.
Las autoridades locales suspendieron inmediatamente todas las operaciones del aeropuerto y movilizaron unidades de emergencia al lugar del siniestro. Las primeras imágenes difundidas muestran llamas y escombros esparcidos entre viviendas, mientras una columna de humo oscuro cubría el cielo.
Según información preliminar, el contacto con la torre de control se perdió cuando el avión apenas había alcanzado los 190 metros de altitud. El accidente ocurrió en Meghani Nagar, una zona densamente poblada, lo que elevó la preocupación sobre posibles daños colaterales en tierra. Desde el gobierno, se activó un plan de emergencia para asegurar el traslado rápido de heridos a centros médicos.
El ministro Bhupendra Patel ordenó la habilitación de un corredor verde y pidió priorizar la atención hospitalaria a las víctimas. Simultáneamente, el ministro de Aviación Civil, Ram Mohan Naidu Kinjarapu, expresó su conmoción por lo sucedido y aseguró que se ha puesto en marcha una investigación completa, con el respaldo de expertos en seguridad aérea.
Air India emitió un comunicado lamentando profundamente el incidente y asegurando que brindará apoyo total a los afectados y sus familias. Las cajas negras del avión ya fueron recuperadas y están en manos de los investigadores. Mientras tanto, el presidente de la aerolínea, Natarajan Chandrasekaran, pidió prudencia y respeto por las familias.