La tensión entre Tailandia y Camboya ha escalado, con su segundo día de enfrentamientos armados consecutivos. El gobierno tailandés advirtió este viernes que la situación podría desembocar en una guerra abierta si no se contiene pronto.
Como medida preventiva, Tailandia ha evacuado a más de 138.000 civiles, incluidos cientos de pacientes hospitalarios, desde las provincias cercanas al conflicto. El balance provisional es de 15 muertos en territorio tailandés la mayoría civiles y al menos seis víctimas en Camboya, entre fallecidos y heridos. Mientras tanto, testimonios desde ambos países revelan preocupación, dolor y un creciente sentimiento nacionalista.
Ambos gobiernos han llamado a evitar ataques contra ciudadanos del país vecino, aunque también han alimentado el fervor patriótico en sus respectivas poblaciones. Las redes sociales en Camboya muestran tanto ansiedad como respaldo al ejército local, mientras que en Tailandia, muchos confían en la superioridad militar de su país, aunque temen un aumento del costo humano.
Pese a la violencia, existen señales de apertura diplomática. Tailandia ha manifestado su disposición al diálogo, incluso con la mediación de Malasia, actual presidenta de la ASEAN. El primer ministro malasio ya ha contactado a los líderes de ambas naciones y, según afirmó, recibió “señales positivas” para un posible alto el fuego.