Las protestas en Turquía continúan intensificándose tras la detención del alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu, principal rival del presidente Recep Tayyip Erdogan.
Imamoglu, detenido el 19 de marzo bajo acusaciones de corrupción y vínculos con grupos terroristas, enfrenta múltiples desafíos legales que han desatado una ola de manifestaciones en todo el país.
Miles de ciudadanos han desafiado las restricciones gubernamentales que prohíben reuniones y manifestaciones, congregándose en ciudades como Estambul, Ankara y Esmirna.
A pesar de las prohibiciones, las autoridades locales han reforzado medidas de seguridad, incluyendo restricciones de acceso a internet y cierres de carreteras, buscando contener las movilizaciones.
En Esmirna, la policía turca impidió este viernes una manifestación en la que participaban estudiantes universitarios, con cañones de agua a presión y gases lacrimógenos.
Imamoglu sigue bajo custodia en la comisaría central de Estambul, junto a 86 personas detenidas en la misma redada, en su mayoría colaboradores del partido socialdemócrata, CHP.
Los detenidos enfrentan acusaciones de corrupción, sobornos y desvío de fondos municipales, mientras que algunos medios turcos han difundido detalles sobre chantajes y dinero hallado en la operación.
Sin embargo, la municipalidad, ahora dirigida interinamente por Nuri Aslan del CHP, ha rechazado las acusaciones, destacando que el Tribunal de Cuentas turco siempre ha verificado las transacciones sin encontrar irregularidades.
Mientras tanto, las autoridades de Ankara e Esmirna prohibieron todo tipo de manifestaciones hasta el próximo martes.
En Estambul se prohibieron las concentraciones públicas hasta finales de marzo y se ha decretado el cierre generalizado de todas las avenidas de acceso hacia el Ayuntamiento.