En solo tres meses, Estados Unidos ha superado el total de casos de sarampión reportados en todo 2024, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Hasta la fecha, se han confirmado 308 contagios, impulsados principalmente por un gran brote en Texas, Nuevo México y Oklahoma.
Este año se perfila como uno de los más críticos desde 2019, cuando el país enfrentó una crisis sanitaria con más de mil 200 casos. El reciente incremento de infecciones pone en peligro el estatus de erradicación del sarampión en EE.UU., logrado en el año 2000. Además, la enfermedad ya ha cobrado vidas: en febrero, un niño sin vacunar murió en Texas, mientras que en Nuevo México se investiga otra muerte relacionada con el virus.
El sarampión es altamente contagioso y puede ser letal, especialmente entre niños no vacunados. Expertos en salud advierten que el número real de casos podría ser mayor debido a diagnósticos no reportados o falta de acceso a atención médica. A nivel mundial, la Organización Mundial de la Salud ha alertado sobre un aumento preocupante de casos y muertes en 2023, lo que agrava la crisis sanitaria global.
Las autoridades sanitarias instan a reforzar la vacunación para evitar una propagación mayor. Mientras tanto, el brote sigue expandiéndose, generando preocupaciones sobre la capacidad del sistema de salud para contener el virus en los próximos meses.