Dos puentes se vinieron abajo la noche del sábado en el suroeste de Rusia, cerca de la frontera con Ucrania, tras fuertes explosiones. El saldo, hasta ahora, es de siete personas muertas y más de 60 heridas, entre ellas varios niños.
El primer caso ocurrió en la región de Bryansk, donde un puente de carretera colapsó tras una explosión. Poco después, en Kursk, una locomotora cayó desde un puente ferroviario también destruido. Ambos incidentes fueron calificados por el gobierno ruso como “actos de terrorismo”.
En el caso del tren, el impacto fue tal que provocó un incendio al caer sobre la carretera. Los conductores resultaron heridos y fueron trasladados al hospital.
Ambas regiones, Bryansk y Kursk, están muy cerca de Ucrania, en una zona donde ha habido tensiones constantes desde que Rusia lanzó su ofensiva en 2022. Sin embargo, ni Moscú ha relacionado directamente lo ocurrido con el conflicto, ni Ucrania ha emitido declaraciones oficiales.
No sería la primera vez que ocurren ataques de este tipo en la región. Desde el inicio de la guerra, se han reportado múltiples sabotajes en vías ferroviarias rusas cerca de la frontera, muchos de ellos atribuidos a jóvenes o incluso adolescentes.