En Belgrado, Serbia, se vive una jornada de tensión este sábado mientras miles de manifestantes, liderados por un movimiento estudiantil, se congregan para exigir responsabilidades al gobierno de Serbia. La protesta, que se desarrolla en el centro de la capital, es la mayor en años y responde a la muerte de 15 personas tras el colapso del techo de una estación de trenes en Novi Sad.

Los organizadores acusan a las autoridades de corrupción y mala gestión, señalando que la tragedia es consecuencia de fallas estructurales en las obras públicas. Desde hace cuatro meses, grupos opositores y civiles han realizado manifestaciones diarias contra el presidente Aleksandar Vucic, quien enfrenta una creciente presión social y política.

El gobierno ha desplegado seguridad en puntos clave de la ciudad y ha advertido sobre posibles disturbios. Vucic llamó a la calma, aunque ha calificado las protestas como una conspiración externa y afirmó que su salida del poder solo ocurriría «si lo matan». Mientras tanto, algunos servicios de transporte han sido suspendidos, lo que ha complicado la llegada de manifestantes desde otras ciudades.