Panamá asegura haber cerrado la ruta migratoria del Darién, uno de los corredores más peligrosos para quienes buscan llegar a Estados Unidos. Según el presidente José Raúl Mulino, el flujo de personas ha caído drásticamente debido a las deportaciones masivas impulsadas por la administración de Donald Trump.

En marzo, solo 112 migrantes cruzaron la selva, una cifra mínima en comparación con los cientos de miles que lo hicieron en años anteriores.

En noviembre el flujo migratorio por el Darién baja en 71% comparado con el  mismo mes en 2023

La reducción del tránsito llevó al gobierno panameño a desmontar campamentos de asistencia instalados en la zona con apoyo de agencias de la ONU. Durante los últimos años, la crisis humanitaria en el Darién obligó a implementar medidas para atender a migrantes, en su mayoría venezolanos, que atravesaban la selva en condiciones extremas. Sin embargo, con la disminución del flujo, la prioridad ahora parece ser impedir que la ruta vuelva a activarse.

Panamá también ha aceptado recibir a migrantes deportados por Estados Unidos, sumándose a acuerdos similares con Guatemala y Costa Rica. No obstante, quienes regresan ya no cruzan la selva nuevamente, sino que son transportados en lanchas hacia el sur del continente.