Seis elefantes, incluidas tres crías, murieron tras ser arrollados por un tren en la zona rural de Habarana, Sri Lanka, a unos 180 kilómetros de Colombo. El tren, que cubría la ruta entre dos ciudades, se topó con una manada de ocho elefantes en las vías cercanas a la estación Gal Oya.
Aunque el choque fue mortal para los animales, los pasajeros del tren resultaron ilesos. Dos elefantes más quedaron heridos y recibieron atención inmediata por parte de funcionarios de vida silvestre.

Este trágico suceso expone nuevamente el problema del conflicto entre humanos y elefantes en Sri Lanka. La expansión de asentamientos y actividades agrícolas en hábitats tradicionales de estos animales ha incrementado los encuentros peligrosos, lo que frecuentemente causa daños a cultivos y propiedades, además de pérdidas de vidas.
Las rutas de migración de los elefantes, que atraviesan carreteras y vías ferroviarias, incrementan el riesgo de accidentes como este.
El viceministro de Medio Ambiente, Anton Jayakody, calificó el hecho como el peor incidente relacionado con la vida silvestre en la historia reciente del país y convocó una reunión de emergencia para buscar soluciones.
En 2024, Sri Lanka reportó 388 muertes de elefantes, de las cuales 155 se debieron a conflictos con humanos, lo que refleja la urgencia de implementar medidas para proteger tanto a la fauna como a las comunidades locales.
