La Universidad Pontificia de México inició un programa de formación para sacerdotes con el objetivo de entrenarlos en técnicas de diálogo con grupos del crimen organizado, en un intento por reducir la violencia en regiones particularmente afectadas.

El curso, que se ofrece a clérigos de distintas diócesis del país, incluye herramientas de mediación, análisis de conflicto, escucha activa y negociación, con el fin de preparar a los religiosos para actuar como puentes de paz en comunidades dominadas por cárteles o enfrentamientos armados.

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La iniciativa surge ante la creciente inseguridad y la presencia del narcotráfico incluso en zonas rurales, donde los sacerdotes a menudo son los únicos líderes sociales visibles y respetados. En algunos casos, ya han sido intermediarios informales entre bandas rivales, familias de víctimas o autoridades.

Desde la Universidad Pontificia subrayan que la intención no es legitimar a los criminales, sino proteger vidas humanas y abrir canales de diálogo donde el Estado no llega. La propuesta cuenta con el respaldo de algunas diócesis del país y ha despertado interés en otras regiones con altos índices de violencia.