Rusia y su aliado Bielorrusia iniciaron el viernes ejercicios militares conjuntos cerca de Borísov, al este de Minsk, que se extenderán hasta el martes. El ejército ruso precisó que parte de las prácticas se realizarán en el mar de Barents y en el Báltico.
Las maniobras, conocidas como “Zapad”, se celebran cada cuatro años y son las primeras desde el inicio del conflicto en Ucrania. Coinciden con el avance ruso en el frente y con una ola de bombardeos que, según Moscú, incluyó el derribo de 221 drones ucranianos en la última noche.
La actividad militar elevó la preocupación en el flanco oriental de la OTAN, tras las denuncias de Varsovia por la incursión de drones rusos en su espacio aéreo. Polonia ordenó el cierre total de su frontera con Bielorrusia hasta el fin de los ejercicios, mientras que Lituania y Letonia anunciaron restricciones aéreas.
El primer ministro polaco, Donald Tusk, advirtió sobre “días críticos” para la seguridad nacional. Moscú aseguró que las maniobras están planificadas y “no están dirigidas contra nadie”.