Una fuerte protesta estalló en las instalaciones de la planta nuclear de Akkuyu, ubicada en el sur de Turquía, luego de que cientos de trabajadores bloquearan carreteras y causaran daños a vehículos en respuesta al impago de salarios que se les adeudan desde mayo.

La situación ha generado un ambiente de caos en el complejo, que actualmente se encuentra en plena fase de construcción.

A la protesta se sumaron también trabajadores rusos, quienes hasta ahora habían evitado manifestarse por temor a represalias, incluyendo amenazas de despido y la cancelación de sus pasajes de regreso a Rusia.

 

Sin embargo, la creciente desesperación por la falta de ingresos provocó el descontento. «Muchos ya no tienen dinero ni para comer», relataron familiares de empleados rusos a medios locales.

La fuerza laboral en el sitio se ha reducido drásticamente y actualmente de los 12,000 trabajadores que había inicialmente, solo unos 3,000 permanecen activos.

La empresa contratista turca TSM Enerji, encargada de parte de la obra, enfrenta serios problemas financieros, incluyendo un embargo de activos impuesto por las autoridades debido a una deuda de 58 millones de dólares con el Fondo de Seguridad Social, SGK.