La jueza Julieta Makintach, integrante del Tribunal Oral en lo Criminal N.º 3 de San Isidro, presentó su renuncia a la causa que investiga la muerte de Diego Armando Maradona. La decisión se produjo luego de que aceptara la recusación presentada por la fiscalía, tras conocerse su participación en la filmación no autorizada de un documental sobre el juicio, titulado Justicia Divina.

El escándalo estalló cuando salieron a la luz imágenes del documental, presuntamente guionado, que mostraban a Makintach dentro de su despacho y en audiencias judiciales. A pesar de haber negado inicialmente cualquier irregularidad y rechazar su apartamiento, la jueza terminó por aceptar la recusación solicitada por el fiscal Patricio Ferrari, quien la acusó de haber actuado con parcialidad y de “sobreactuar” durante el proceso.

El fiscal Ferrari fue categórico al sostener que no fue una entrevista, sino un esquema guionado, y denunció que la jueza actuó como protagonista de un “reality judicial”. En una de las grabaciones se escucha a Makintach justificar su decisión diciendo: “Este juicio merecía que el Poder Judicial rindiera cuentas de su trabajo”.

A raíz de estos hechos, diputados de La Libertad Avanza presentaron un pedido de juicio político contra la magistrada ante el Jurado de Enjuiciamiento de la provincia de Buenos Aires, alegando posible mal desempeño y violación de los principios de imparcialidad judicial. A esta denuncia se sumaron otras dos presentaciones de distintos sectores.

El escándalo amenaza con poner en riesgo la continuidad del juicio por la muerte del exfutbolista, ya que se analiza la posible anulación del proceso o su continuación con los jueces restantes del tribunal. La resolución se espera para el próximo 29 de mayo.