Guatemala enfrenta una nueva ola de violencia ligada a la reconfiguración interna de las pandillas, en especial de la Mara Salvatrucha, MS-13 y Barrio 18, cuyos líderes han lanzado nuevas disputas por el control territorial, extorsiones y narcotráfico en zonas clave del país.

Durante los primeros cinco meses de 2025, el Ministerio de Gobernación ha registrado un repunte en los homicidios y ataques armados, en comparación con el mismo periodo del año anterior. Según datos oficiales, solo en abril se contabilizaron más de 250 homicidios, lo que representa un incremento del 17% respecto a abril de 2024.

Las autoridades atribuyen este repunte a una “reconfiguración operativa” de las estructuras pandilleras, particularmente tras los traslados masivos de líderes de Barrio 18 y MS-13 a cárceles de máxima seguridad, lo que habría provocado vacíos de poder en las calles y nuevas pugnas entre facciones.

Los delitos que más se han intensificado son la extorsión y asesinatos. Comerciantes, transportistas y empresarios reportan un alza en las amenazas y cobros ilegales. Las autoridades reportan más de 3,000 denuncias por extorsión entre enero y mayo, cifra que supera los registros del mismo lapso en 2024.

Aunque el gobierno guatemalteco ha reforzado operativos en zonas como Mixco, Villa Nueva y la ciudad capital, los expertos coinciden en que se necesita más que una respuesta policial, la inversión social, control penitenciario efectivo y programas de reinserción juvenil son clave para evitar que las pandillas se sigan reinventando.