El Gobierno español ha dado luz verde a una reducción histórica de la jornada laboral. Sin embargo, su implementación no está exenta de desafíos. 

El Gobierno español ha dado un paso significativo hacia la reducción de la jornada laboral, una medida que busca mejorar la calidad de vida de los trabajadores y aumentar la productividad.

«Pasamos de tener una jornada máxima legal de 40 horas a 37 horas y media sin reducción salarial, en la lógica que decíamos antes, de no devaluar los salarios»  Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y Economía Social de España.

Este es un acuerdo alcanzado entre el Gobierno y los sindicatos, pero sin la participación de las organizaciones patronales, que abandonaron las negociaciones en noviembre, después de once meses de reuniones infructuosas.

La aprobación de esta reforma representa un gran desafío, ya que no se realizaba una modificación de la jornada laboral desde hace décadas. El Gobierno argumenta que esta medida permitirá a los trabajadores conciliar mejor su vida personal y laboral.

«Y está demostrado, insisto, que a partir de una permanencia en el puesto de trabajo, la productividad no solamente no crece, sino que decrece. Por tanto, este es el elemento que vamos a corregir con la reducción de tan solo media hora diaria en la jornada laboral de los trabajadores y trabajadores en nuestro país» Yolanda Díaz, ministra de Trabajo.

Ahora el Gobierno deberá buscar el respaldo de sus socios parlamentarios para aprobar la reforma, ya que no cuenta con mayoría absoluta.

Actualmente hay varios países que han experimentado con la reducción de la jornada laboral, por ejemplo Islandia y Suecia establecieron la semana laboral a solo cuatro días sin reducir los salarios, observando un aumento en la productividad y el bienestar de los trabajadores.