Agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) realizaron una serie de redadas en distintos puntos de Los Ángeles, generando tensiones y fuertes protestas por parte de activistas y líderes comunitarios. Al menos 44 personas fueron detenidas por presuntas violaciones migratorias, según confirmaron medios locales.

Durante las manifestaciones, fue arrestado David Huerta, presidente del sindicato SEIU California, quien resultó herido y debió ser hospitalizado antes de ser trasladado a un centro de detención. Las protestas se intensificaron frente a negocios del centro y áreas residenciales, donde la comunidad denunció el uso excesivo de fuerza.

La alcaldesa Karen Bass y el gobernador Gavin Newsom expresaron su rechazo a las tácticas empleadas, calificándolas de innecesarias y agresivas. Organizaciones civiles alertaron sobre detenciones sin órdenes judiciales y pidieron frenar este tipo de operativos.