En 2024, el gobierno de Corea del Sur prohibido en todo el país la venta de carne de perro para consumo, desde entonces, les otorgo a los productores un plazo de al menos tres años para cerrar sus operaciones y vender los animales que les quedaban. Sin embargo para muchos no es suficiente tiempo para eliminar gradualmente una industria enquistada en la vida surcoreana.
Actualmente el dilema se centra en que el tiempo se agota y no encuentran que hacer con un estimado de medio millón de perros en cautiverio que muy probable serán sacrificados.
El reverendo Joo Yeong-bong, criador y presidente de la Asociación Coreana de Perros Comestibles, dijo que el panorama es desesperanzador, “estamos ahogados en deudas, no podemos pagarlas y muchos no logran encontrar otro trabajo”, señaló.
De violar la normativa se puede dictaminar una sentencia de 3 años de prisión o una infracción por 30 millones de wones, alrededor de 23 mil dólares.