El presidente de Estados Unidos junto a la primera dama visitaron este viernes las regiones del centro de Texas afectadas por las catastróficas inundaciones de la semana pasada, que ya han dejado al menos 120 muertos y 170 personas desaparecidas, según cifras oficiales.
Trump recorrió las áreas afectadas en Kerrville junto al gobernador Greg Abbott y calificó la destrucción como «algo terrible», asegurando que ha visto muchos huracanes y tornados, pero nunca nada como esto.
Tras inspeccionar los daños en la ribera del río Guadalupe, donde decenas de niños y monitores perecieron en un campamento arrasado por la crecida, Trump lamento la pérdida de cientos de vidas, incluyendo la de niños y de rescatistas.
Residentes y expertos han cuestionado por qué no se ordenó la evacuación a tiempo pese a las alertas tempranas de inundación emitidas la madrugada del 4 de julio. Además, la falta de comunicación de emergencia en el campamento Mystic, donde murieron al menos 27 menores y monitores, ha generado indignación.
El gobernador Abbott anunció que convocará una sesión legislativa extraordinaria para revisar los protocolos de alerta, reforzar las comunicaciones y acelerar la recuperación de las comunidades afectadas.