El anuncio del aumento salarial para la presidenta peruana, Dina Boluarte, ha generado un fuerte debate político y social en el país. La medida, aprobada por el Ministerio de Economía y Finanzas, MEF, confirmó que la remuneración mensual de la mandataria pasara de 16 mil soles a 35 mil 568 soles, un equivalente a 10 mil dólares, duplicando su ingreso.
Según el MEF, la decisión busca corregir una supuesta “inconsistencia jerárquica”, al considerar que la jefa de Estado percibía uno de los salarios más bajos entre sus pares sudamericanos, e incluso menos que varios altos funcionarios del propio poder Ejecutivo.
La noticia ha sido recibida con fuertes críticas desde distintos sectores, especialmente en un contexto de dificultades económicas para buena parte de la población. Analistas y ciudadanos han cuestionado la pertinencia del incremento, calificándolo de inoportuno y desconectado de las prioridades sociales.
Medios locales informaron que la iniciativa habría sido gestionada desde el propio despacho presidencial, lo que ha intensificado el malestar y alimentado cuestionamientos sobre la transparencia del proceso.