Un motorista de aplicación fue atropellado y murió en medio de protestas en Yakarta, Indonesia, cuando un vehículo blindado de la policía lo arrolló durante enfrentamientos cerca del Parlamento. La víctima fue identificada como Affan Kurniawan, un conductor de 21 años, y su muerte encendió la indignación pública, acelerando una cadena de protestas en varias ciudades del país.
Las movilizaciones comenzaron por el descontento hacia los generosos subsidios de vivienda otorgados a los legisladores, considerados excesivos en un momento de creciente desigualdad económica. La indignación se disparó tras la muerte de Affan y derivó en disturbios en ciudades como Makassar, donde manifestantes incendiaron edificios gubernamentales, provocando al menos tres muertes. El gobierno respondió anunciando la suspensión de dichos beneficios, mientras las fuerzas del orden reprimían las protestas con contundencia.
El impacto de la crisis se hizo sentir también en los mercados financieros, con el índice bursátil de Yakarta sufriendo pérdidas cercanas al 1,5 % y la rupia recortando su valor alrededor de 0,8 %. Ante la gravedad de los hechos, el presidente Prabowo Subianto canceló su viaje al extranjero, ordenó una investigación y amenazó con medidas firmes contra los actos violentos, calificando parte del movimiento como potencial traición al Estado.