Cristian Galván, un inspector de policía en La Pampa, Argentina, fue condenado a un año y tres meses de prisión por abuso de autoridad, tras utilizar a cuatro presos para trabajar en su fiesta de casamiento.
El evento se celebró en mayo del año pasado, a solo una cuadra de la comisaría, y los presos caminaron libremente los 100 metros que separaban ambos edificios.
Según detalló el fiscal del caso, uno de los internos se encargó del asado, mientras que los demás ayudaron con el servicio del evento. Al finalizar, todos regresaron caminando por su cuenta a la comisaría sin intentar fugarse.
El fiscal Guillermo Sancho destacó que los presos no cometieron ningún delito, ya que simplemente cumplieron una orden y regresaron por voluntad propia. Además, uno de los detenidos relató que Galván, estudiante de veterinaria, también le pedía que atendiera a su perro y su caballo, demostrando un patrón de uso indebido de los recursos a su cargo.