El editor Dávid Jancsó admitió haber usado inteligencia artificial para modificar partes del diálogo en húngaro de los actores en “The Brutalist”, lo que desató un intenso debate sobre la autenticidad en el cine. La herramienta de IA de la firma Respeecher ayudó a ajustar la pronunciación sin alterar las actuaciones, según explicó Jancsó.
El director Brady Corbet defendió la decisión, asegurando que la IA solo refinó el idioma sin cambiar el diálogo en inglés. Sin embargo, expertos como Louis Heaton advierten que el uso de IA en cine genera preocupaciones sobre la pérdida de empleos creativos, un tema clave en recientes huelgas de la industria.
Para Heaton, la controversia radica en la alteración directa de una actuación. «El público ha aceptado cambios visuales menores, pero modificar el diálogo con IA plantea dudas sobre la autenticidad», señaló.