Presidente de Colombia, Gustavo Petro, calificó como un «fracaso» la creciente violencia en el país, especialmente en la región del Catatumbo, donde el conflicto armado ha escalado en las últimas semanas.
En esa zona del noreste, guerrilleros del ELN luchan contra disidentes de las FARC, mientras atacan a la población civil, dejando un saldo de más de 100 muertos y 32.000 desplazados.
Petro se mostró preocupado por cómo el ELN, que estaba debilitado hace algunos meses, ha logrado fortalecer sus capacidades militares en tan corto. En respuesta a los enfrentamientos, más de 5.000 soldados se han desplegado para rescatar a los civiles afectados, utilizando helicópteros, aunque no se ha ingresado a las áreas más conflictivas.
Desde su llegada al poder, Petro ha buscado una solución dialogada al conflicto con grupos armados, pero ante los recientes ataques del ELN, suspendió las negociaciones de paz, acusando al grupo de perpetrar «crímenes de guerra».