Seguidores del expresidente Evo Morales anunciaron una «pausa humanitaria» en los bloqueos de carreteras que mantienen desde hace semanas en diversas regiones de Bolivia.

Esta decisión se produce tras una serie de violentos enfrentamientos con la policía que resultaron en la muerte de seis personas, incluyendo cuatro agentes del orden y dos civiles, además de 203 personas heridas.

Los incidentes más críticos tuvieron lugar en Llallagua, Potosí, donde las tensiones entre manifestantes y fuerzas de seguridad se intensificaron rápidamente.

Desde hace dos semanas, cientos de manifestantes evistas mantienen su exigencia de que el presidente Luis Arce renuncie al cargo, responsabilizándolo por el agravamiento de la crisis económica y por presuntamente utilizar su poder para interferir en las instituciones del Estado con el fin de impedir la participación de Evo Morales en las elecciones generales previstas para el mes de agosto.

Los bloqueos de rutas iniciaron el pasado 2 de junio y según informó la viceministra de Comunicación, Gabriela Alcón, llegaron a contabilizarse hasta 40 puntos de corte, concentrados principalmente en el departamento de Cochabamba, una región considerada bastión político del expresidente Evo Morales.

Morales, de 65 años, permanece desde octubre en la región cocalera del Chapare, donde cuenta con el resguardo de sus seguidores, en medio de una orden de captura por un caso de presunta trata de una menor. El exmandatario rechaza las acusaciones.

La semana pasada, el Ministerio Público boliviano inició una investigación formal contra Morales, tras una denuncia presentada por el gobierno que lo acusa de haber cometido al menos ocho delitos. Entre los cargos más graves figura el de “terrorismo”.