El Papa León XIV regresó el miércoles al Vaticano tras pasar unos días en la residencia de verano de Villa Barberini, en Castel Gandolfo. Poco antes de su partida, cerca de las 21:00 horas, hora local, salió al balcón para saludar a los fieles que aguardaban en la calle y al caer la noche, se detuvo a conversar con algunas de las personas que lo despedían.
En diálogo con los periodistas presentes, el Pontífice abordó la situación de Ucrania y expresó un mensaje de aliento: “Hay esperanza, pero todavía tenemos que trabajar mucho, rezar mucho, y buscar realmente el camino a seguir, para encontrar la paz”.
Al consultarle sobre las gestiones internacionales para poner fin al conflicto, aseguró que “alguien” le escucha “continuamente”, y subrayó, “Rezamos y buscamos caminos para avanzar”.
Respecto a su estancia en Castel Gandolfo, señaló que fue una experiencia enriquecedora, “Estar aquí es una gracia, estoy muy contento con la acogida de la gente”, recordó además su visita al santuario de la Virgen, donde también acudió en su momento el Papa San Juan Pablo II.
Al hacer balance de sus primeros cien días de pontificado, León XIV no dudó en calificarlos como “una bendición de Dios”. Añadió que recibe “mucho” y confía plenamente en las gracias del Señor. “Agradezco tanto esta acogida que he recibido, os doy las gracias a todos”, afirmó antes de abordar el vehículo que lo condujo de regreso al Vaticano.