El Papa León XIV condenó con firmeza la guerra en Gaza y calificó de “barbarie” los recientes ataques que han afectado a civiles y lugares religiosos. Durante el rezo del Ángelus el domingo en Castel Gandolfo, lamentó la destrucción de la parroquia de la Sagrada Familia, el único templo católico en Gaza, donde fallecieron tres personas, incluido el párroco, y varios fieles resultaron heridos.
El pontífice exigió un cese inmediato de la violencia y recordó a la comunidad internacional su responsabilidad de hacer cumplir el Derecho Internacional Humanitario. Enfatizó la necesidad de proteger a la población civil, evitar el castigo colectivo y poner fin al desplazamiento forzado de miles de personas atrapadas en la Franja de Gaza.
Además, sostuvo una conversación telefónica con el presidente palestino, Mahmoud Abbas, en la que expresó su preocupación por la tragedia humanitaria en la región. Insistió en que es urgente permitir el ingreso de ayuda, garantizar el respeto por los lugares sagrados y trabajar por una solución duradera mediante el diálogo, no las armas.