El papa Francisco, hospitalizado desde el 14 de febrero debido a una neumonía bilateral, continúa en estado crítico aunque su situación ha mostrado signos de mejora.
Según el último informe médico, su estado de ánimo es bueno, no presenta dolor y sigue recibiendo oxígeno a alto flujo. Sin embargo, los médicos informan que algunos análisis de sangre han mostrado insuficiencia renal leve, lo que podría estar relacionado con una posible sepsis en fase inicial.
La hospitalización del pontífice ha generado una gran preocupación en todo el mundo, especialmente en Latinoamérica. Líderes religiosos y políticos, como la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, han expresado su apoyo y deseo de una pronta recuperación.
En Roma, miles de personas se han reunido para orar por su salud, con una vigilia especial programada en la Plaza de San Pedro. El papa ha sido hospitalizado en el hospital Gemelli, ha mandado mensajes de aliento en sus redes, lo que mantiene aún más alerta a los feligreses.
La salud de Francisco ha sido un tema de especulación en los últimos años debido a diversas cirugías y problemas de movilidad. Aunque algunos han sugerido la posibilidad de una renuncia, el Vaticano ha rechazado estos rumores, subrayando que las especulaciones son innecesarias y que la recuperación depende de la eficacia de la terapia antibiótica.