La situación en Haití sigue empeorando. Según la ONU, las pandillas ya controlan el 90% de Puerto Príncipe, la capital del país. Esto significa que el gobierno casi no tiene presencia en la ciudad, y la violencia no para de crecer.
Desde que en 2024 grupos criminales obligaron al primer ministro Ariel Henry a renunciar, el país ha quedado bajo un gobierno de transición, que apenas puede mantener el orden. La última vez que hubo elecciones fue en 2016, y se espera que las próximas se hagan en febrero de 2026.
La ONU señala que, a pesar del esfuerzo de la policía haitiana y una misión internacional liderada por Kenia, no han logrado frenar el avance de las bandas criminales. Estas pandillas no solo imponen miedo y violencia, sino que incluso están empezando a ofrecer algunos servicios básicos a la población, como si fueran un gobierno paralelo.
No obstante representantes de Naciones Unidas temen que, si la comunidad internacional no actúa pronto, el Estado haitiano colapse completamente, al menos en la capital.
Haití es el país más pobre de América y lleva décadas enfrentando crisis políticas, pero ahora la situación es más grave en los últimos tiempos.