La OTAN acordó en La Haya incrementar el gasto en defensa al 5 % del PIB para 2035, duplicando la meta tradicional del 2 % y señalando el mayor ajuste presupuestario en más de siete décadas .
Este compromiso establece que al menos 3,5 % del PIB se destinará a capacidades militares convencionales (personal, equipos, mantenimiento), mientras que un 1,5 % cubrirá infraestructuras, innovación, ciberseguridad y resiliencia industrial.
El presidente de EE. UU., Donald Trump, celebró la decisión como una “victoria monumental”, reclamando a la OTAN que su país “pagaba mucho más de lo que nos correspondía” y advirtiendo con posibles aranceles a España por no adherirse al 5 %. Francia y Bélgica expresaron dudas sobre el uso de aranceles como herramienta de presión .
El presidente español Pedro Sánchez defendió su postura luego en conferencia de prensa: “Cuando dicen que yo he sido quien ha dicho el 2,1% no soy yo, son las Fuerzas Armadas, es el Ministerio de Defensa. (…) No he sido yo, al contrario”, dijo el mandatario.