Al menos ocho personas perdieron la vida y unas 400 resultaron heridas durante las manifestaciones que tuvieron lugar el miércoles en Kenia, en conmemoración del primer aniversario de las protestas masivas que en 2024, culminaron con la ocupación del Parlamento.

Miles de manifestantes se tomaron las calles de Nairobi para alzar su voz contra la corrupción en el gobierno y los abusos por parte de la policía, denunciados por diferentes organizaciones de derechos humanos del país.

La jornada estuvo marcada por momentos de tensión, luego de que las fuerzas de seguridad intentaran dispersar a la multitud con gases lacrimógenos y macanas, lo que desencadenó fuertes enfrentamientos en varios puntos de la ciudad.

Durante las manifestaciones de 2024, donde murieron 60 personas, los ciudadanos inconformes irrumpieron en el Parlamento, donde se aprobó una polémica ley tributaria e iniciaron un incendio provocando que los legisladores escaparan.

La jornada de protestas dejó escenas impactantes, con cuerpos tendidos en las calles y denuncias de que la policía disparó directamente contra los manifestantes. El ejército fue desplegado por orden del gobierno.

Este año, tanto el Parlamento como la sede presidencial en Nairobi fueron protegidos con cercas de alambre de púas, mientras la policía bloqueaba los accesos principales como medida preventiva ante las manifestaciones.

En otras ciudades del país, como Mombasa, Kisumu, Nakuru y Nyahururu, las movilizaciones tomaron fuerza y se transformaron en un llamado abierto a la renuncia del presidente, impulsado por lo que los manifestantes califican como una “mala gobernanza”.

La molestia entre la juventud keniana ha sido impulsada por el deterioro económico, los constantes abusos por parte de la policía y la indignación generada por la muerte de un bloguero mientras estaba bajo custodia.

La tensión aumentó tras un reciente episodio en el que un manifestante fue abatido a quemarropa en plena protesta, incrementando el descontento de la población.