Un enfermero de 32 años falleció en Kampala, Uganda, tras confirmarse que padecía ébola, marcando la primera muerte desde el fin del último brote en 2023. El Ministerio de Salud informó que el paciente, quien trabajaba en el Hospital Mulago, había buscado atención médica en distintos centros antes de que las pruebas confirmaran la presencia de la cepa de Sudán del virus. Hasta el momento, se han identificado al menos 44 contactos cercanos, incluidos trabajadores sanitarios y pacientes.  

Las autoridades ugandesas aseguraron que tienen el control de la situación e instaron a la población a reportar posibles casos. La alta movilidad de la población en Kampala, con alrededor de 4 millones de habitantes, representa un desafío para contener la propagación. Expertos en salud han pedido una respuesta rápida y coordinada en el rastreo de contactos para evitar una crisis similar a la de 2022, cuando el brote dejó más de 50 víctimas fatales en el país.  

El ébola, transmitido por contacto con fluidos corporales o materiales contaminados, causa fiebre, vómitos, diarrea y, en algunos casos, hemorragias.