Tras diez días de intensas discusiones en Ginebra, Suiza la madrugada de este viernes concluyó sin que se lograra un acuerdo internacional para combatir la contaminación por plásticos.

El ecuatoriano Luis Vayas Valdivieso, presidente de la reunión, presentó dos versiones diferentes del borrador en apenas 24 horas, la última de ellas durante la noche, en un clima marcado por el caos y la incertidumbre.

Sin embargo, los jefes de delegación, reunidos en una sesión extraordinaria al amanecer, no consiguieron ponerse de acuerdo sobre este último texto, a pesar de las modificaciones realizadas en la redacción.

A lo largo del proceso, se evidenció una marcada división entre dos bandos irreconciliables. Por un lado, los denominados “ambiciosos”, que incluyen a la mayoría de los países de América Latina, la Unión Europea, Canadá, Australia, varias naciones africanas y estados insulares, buscan reducir la producción global de plástico y controlar las moléculas más peligrosas para la salud.

En el otro extremo, se encuentran principalmente países petroleros que se oponen a cualquier limitación en la producción o a la prohibición de ciertos aditivos y moléculas peligrosas.

Estas delegaciones rechazaron que la negociación abordara “todo el ciclo de vida” del plástico, desde su origen en derivados del petróleo hasta su disposición final como residuo, uno de los puntos más controvertidos de las discusiones.