Nayib Bukele, reavivó la controversia al afirmar que, a diferencia de otras regiones del mundo, en América Latina los cárteles del narcotráfico no solo dominan territorios, sino que también ejercen control sobre los gobiernos. En un discurso dirigido a empresarios extranjeros, Bukele defendió su estrategia de seguridad y aseguró que ningún Estado debería ser incapaz de erradicar la delincuencia, algo que ya fue demostrado por su gobierno.
El mandatario salvadoreño comparó la situación de Latinoamérica con la de Europa y Estados Unidos, argumentando que, a pesar del alto consumo de drogas en esos lugares, no existen grupos criminales con el poder de controlar zonas enteras. «Algo tiene que estar mal», señaló, sugiriendo que la corrupción dentro de los gobiernos es la verdadera causa de la violencia en países como México, Colombia y Brasil.
Sus declaraciones han provocado reacciones inmediatas, especialmente en México, donde la presidenta Claudia Sheinbaum respondió con un llamado al respeto.
El modelo de seguridad implementado por Bukele ha sido elogiado por reducir drásticamente los índices de violencia en El Salvador, lo que lo ha colocado como el país más seguro de todo el hemisferio occidental y como un modelo sobre cómo los gobiernos latinoamericanos deberían enfrentar el crimen organizado.