Dos poderosos sismos estremecieron el sureste de Guatemala este martes, agravando una crisis sísmica que mantiene en vilo al país desde principios de julio. Las sacudidas dejaron al menos dos muertos, cientos de heridos y más de medio millón de personas evacuadas, según datos oficiales.
El pueblo de Comapa, en el departamento de Jutiapa y cerca de la frontera con El Salvador, fue uno de los más golpeados. El colapso de varias estructuras provocó la muerte de dos personas y dejó una veintena de heridos. En zonas como Zapotitlán, también se reportaron daños importantes en viviendas de adobe y un templo católico.
Desde el pasado 8 de julio, Guatemala ha experimentado una serie de movimientos telúricos, incluyendo uno de magnitud 5,7 que dejó siete muertos y más de 15 mil personas afectadas. Las autoridades contabilizan más de 60 viviendas con daños moderados o severos tras los temblores más recientes.
Las réplicas también se sintieron en El Salvador, donde se reportaron daños estructurales en una iglesia en Ahuachapán, y en regiones del occidente de Honduras, aunque con menor intensidad.