Este 7 de septiembre, la provincia de Buenos Aires, el distrito más poblado de Argentina, elegirá 46 diputados y 23 senadores provinciales en unos comicios que se realizan de manera separada a las elecciones nacionales del 26 de octubre. La jornada servirá como un barómetro político clave para medir el respaldo al gobierno de Javier Milei en medio de un clima económico y social complejo.
En su cierre de campaña, el presidente argentino endureció el tono contra sus rivales al afirmar: “A ellos no les importa ensuciar, porque están todos sucios. Te quieren llevar al barro… No lo van a lograr”. Además, reconoció que la competencia es ajustada: “Todas las encuestas coinciden en que estamos en un empate técnico”.
La atención también estuvo puesta en la seguridad del acto tras incidentes recientes con la caravana presidencial.
El clima electoral llega atravesado por el escándalo de audios atribuidos a Karina Milei, su hermana y funcionaria clave: un juez prohibió su difusión mientras el Gobierno denuncia una operación ilegal de espionaje.
El resultado en Buenos Aires, donde se concentra casi el 40% del electorado del país, tendrá repercusión más allá de lo provincial. Será visto en la región y a nivel internacional como una señal anticipada de lo que puede ocurrir en las legislativas nacionales del 26 de octubre, cuando se renovará buena parte del Congreso argentino.