Un mega terremoto de magnitud 8,8 sacudió la costa oriental de Rusia y encendió las alarmas en todo el pacífico, ya que desató una cadena de tsunamis que obligaron a activar alertas desde Japón hasta América Latina.
El epicentro del sismo fue localizado frente a la península rusa de Kamchatka, a una profundidad de 19 kilómetros, según reportó el Servicio Geológico de EE. UU.
El movimiento telúrico se registró a las 11:25 de la noche del martes, hora local y ha sido catalogado como el más fuerte en la región desde 1952.
Las autoridades rusas evacuaron a 2,000 personas en Severo-Kurilsk, en las islas Kuriles, donde un tsunami causó inundaciones parciales, mientras que en el distrito de Elizovski, en Kamchatka, se observaron olas de entre tres y cuatro metros de altura.
En Japón, la Agencia Meteorológica reportó olas de hasta 30 centímetros en la isla norteña de Hokkaido, donde cientos de personas abandonaron sus hogares de manera preventiva.
El fenómeno obligó al Centro de Alerta de Tsunami del Pacífico, con sede en Honolulu, Hawái, a emitir advertencias para toda la cuenca del Pacífico, incluyendo América del Norte, Asia y Oceanía. La institución advirtió sobre la posibilidad de olas destructivas en las costas desde Alaska hasta California, incluyendo el archipiélago de Hawái.
En América Latina, varios países respondieron con medidas urgentes. El gobierno ecuatoriano ordenó evacuar playas, muelles y zonas bajas en las islas Galápagos, previendo olas de hasta tres metros.
Perú emitió una alerta similar y se preparó para impactos similares en su litoral, mientras que en México, las autoridades pidieron a la población evitar acercarse a las costas del Pacífico, desde Baja California hasta Chiapas, debido al riesgo de “corrientes fuertes en la entrada de los puertos”.
Otros países como Chile, Costa Rica, Taiwán, Australia, Nueva Zelanda, Guam y la Polinesia Francesa fueron advertidos sobre posibles olas de entre uno y dos metros.
Kamchatka se encuentra sobre el denominado “Anillo de Fuego”, una zona geológica de intensa actividad sísmica y volcánica donde convergen las placas tectónicas del Pacífico y de América del Norte. Esta característica la convierte en una región altamente propensa a eventos de gran magnitud como el que sucedió la nota del martes.