Más de cien personas murieron en un ataque perpetrado por hombres armados en la aldea de Yelewata, en el estado de Benue, centro-norte de Nigeria, según denunció Amnistía Internacional. El ataque, que concluyó hasta la madrugada del sábado, dejó también decenas de heridos y numerosos desaparecidos.

De acuerdo con el organismo de derechos humanos, múltiples familias fueron encerradas en sus dormitorios y quemadas vivas. Fotografías difundidas en redes sociales mostraron casas reducidas a cenizas y cuerpos calcinados. Las autoridades locales han confirmado el ataque, aunque no han precisado la cifra exacta de víctimas.

El estado de Benue se encuentra en una región marcada por violentos enfrentamientos entre agricultores y pastores, exacerbados por tensiones étnicas y religiosas. Desde 2019, más de 500 personas han perdido la vida en estos conflictos, mientras que al menos 2,2 millones han sido desplazadas, según cifras de la firma nigeriana SBM Intelligence.

El Papa León expresó su consternación durante el rezo del Ángelus y pidió por la paz en las comunidades rurales cristianas del estado de Benue. Según declaró el pontífice, la mayoría de ellas eran desplazados internos que se encontraban al abrigo de la misión católica local. Por su parte, Amnistía Internacional exigió a las autoridades nigerianas tomar medidas urgentes para detener el derramamiento de sangre y garantizar justicia a las víctimas.

Hasta el momento, ningún grupo ha reivindicado la autoría del ataque. El gobernador de Benue, Hyacinth Alia, ha enviado una delegación a la zona afectada para asistir a los sobrevivientes y evaluar los daños, mientras persiste el temor a nuevos brotes de violencia en la región.