Miles de personas se movilizaron este domingo en distintas ciudades de Australia bajo el lema «March for Australia», demandando el fin de la inmigración masiva y aduciendo preocupaciones por la cohesión social, viviendas y servicios públicos .

En Melbourne, los enfrentamientos entre manifestantes antiinmigración y contramanifestantes culminaron con uso de gas pimienta por parte de la policía, mientras que en ciudades como Sydney se organizaron concentraciones paralelas en rechazo al discurso identitario. También hubo protestas destacadas en Canberra, Adelaide, Townsville y Darwin, donde políticos como Pauline Hanson y Bob Katter respaldaron los eventos .

El gobierno federal, desde el oficialismo, calificó estas manifestaciones como divisivas y alertó sobre la influencia de grupos de extrema derecha, incluidos neo-nazis.