El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció este miércoles un aumento en las bonificaciones complementarias para trabajadores públicos y pensionados, aunque el salario mínimo legal permanece sin cambios desde hace más de dos años. El ajuste, que busca compensar parcialmente la pérdida del poder adquisitivo, fue presentado como parte de un “plan de recuperación progresiva”.

Durante un acto en el estado Bolívar, Maduro informó que el llamado bono de guerra económica subirá de 90 a 120 dólares mensuales, mientras que el bono de alimentación o cestaticket se mantendrá en 40 dólares. Esto eleva el ingreso mínimo integral indexado a 160 dólares mensuales, compuesto exclusivamente por transferencias entregadas a través del sistema estatal “Patria”.

 

 

El salario mínimo, en contraste, continúa fijado en 130 bolívares desde marzo de 2022, lo que equivale actualmente a menos de 2 dólares al mes según la tasa oficial. Esta brecha entre el ingreso nominal y los bonos ha sido motivo de críticas por parte de sindicatos y trabajadores, que exigen una remuneración acorde al costo real de vida, estimado en más de 500 dólares mensuales.

Para los más de cinco millones de pensionados del país, Maduro anunció un aumento de cinco dólares al bono mensual, llevándolo a 50 dólares. También adelantó la creación de un nuevo bono “de protección familiar”, aunque no ofreció detalles sobre su monto o fecha de implementación.

Maduro justificó los ajustes como una respuesta a las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos, especialmente las dirigidas al sector petrolero. “Fracasaron quienes quisieron quitarnos todos los ingresos”, afirmó, y calificó el incremento como un ajuste precioso frente a las presiones externas.