La política migratoria del expresidente Donald Trump ha llevado al colapso de los centros de detención de ICE, que actualmente albergan a 47,600 personas, según funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional. En los primeros 50 días de su mandato, la administración republicana arrestó a más de 32 mil inmigrantes, lo que ha generado una crisis de capacidad en el sistema.
Ante esta situación, el gobierno ha solicitado fondos adicionales al Congreso para ampliar el número de camas disponibles y ha recurrido a agencias como el Departamento de Defensa y la Oficina Federal de Prisiones para aumentar el espacio de detención. Sin embargo, algunos inmigrantes han sido liberados bajo palabra por razones humanitarias y de salud.
Entre los detenidos se encuentran 14 mil 111 delincuentes convictos, 9 mil 980 personas con cargos penales pendientes y más de 8,700 inmigrantes con infracciones migratorias. A pesar del endurecimiento de las políticas, las deportaciones han sido menores en comparación con la administración de Joe Biden en el mismo período del año anterior.
Funcionarios de ICE han defendido la estrategia, argumentando que las detenciones no solo retiran a criminales de las comunidades, sino que también buscan disuadir a más personas de ingresar al país ilegalmente. Mientras tanto, la controversia en torno a las ciudades santuario sigue escalando, con funcionarios como Tom Homan advirtiendo que la falta de cooperación de algunas jurisdicciones sólo llevará a un aumento de operativos en las calles.