La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, decretó la noche del martes un toque de queda en una zona del centro de la ciudad tras cinco días consecutivos de protestas por los operativos migratorios federales. La medida entró en vigor a las 20 horas locales y se mantendrá hasta las 6:00 de la mañana del miércoles, con posibilidad de extenderse por varios días.

El toque de queda afecta a un área de aproximadamente una milla cuadrada en el centro de Los Ángeles. Según Bass, la decisión busca detener el vandalismo y los saqueos que han afectado a comercios, edificios públicos y vehículos.

La alcaldesa Bass reiteró que su administración condena la violencia, pero también expresó preocupación por las consecuencias humanitarias de los operativos migratorios en la comunidad angelina. Por su parte el gobernador de Los Ángeles, Gavin Newsom, criticó duramente al presidente Trump, acusándolo de traumatizar a las comunidades, por las redadas contra inmigrantes, añadiendo que la democracia está bajo ataque.

Las autoridades locales informaron que desde que iniciaron las protestas alrededor de 400 personas han sido detenidas por desórdenes públicos y daño a propiedad privada. Al menos 14 establecimientos comerciales fueron vandalizados y varios edificios públicos sufrieron daños menores.