Una noche de intensas lluvias provocó el desborde de un río en Manila, la capital de Filipinas, dejando bajo el agua amplias zonas de la ciudad y su área metropolitana.

La emergencia obligó a evacuar a decenas de miles de personas y a suspender clases y actividades gubernamentales este martes.

El Consejo Nacional de Gestión y Reducción del Riesgo de Desastres informó que al menos tres personas han perdido la vida y otras siete se encuentran desaparecidas desde el viernes pasado, cuando la tormenta tropical Wipha comenzó a azotar el centro y sur del país con fuertes vientos y lluvias.

Aunque las precipitaciones disminuyeron en horas de la mañana, las autoridades mantienen la alerta por nuevas crecidas y daños estructurales.

Los equipos de emergencia continúan desplegados en las zonas afectadas, brindando asistencia a las comunidades damnificadas. Las autoridades advierten que el nivel de los ríos sigue siendo motivo de preocupación, mientras los refugios temporales siguen recibiendo a más familias evacuadas.