La Policía Nacional de España liberó a ocho jóvenes colombianas víctimas de trata de personas en el sur de Tenerife, donde eran explotadas sexualmente en pisos turísticos convertidos en prostíbulos. En el operativo, nueve personas fueron detenidas, cinco de ellas ya en prisión provisional, como parte de un clan familiar venezolano acusado de liderar la red.
Según las autoridades, las mujeres, de entre 18 y 25 años, eran captadas en Colombia bajo falsas promesas de riqueza y trabajo, y trasladadas a España con documentación preparada para simular turismo. Una vez en la isla, eran forzadas a prostituirse sin descanso, incluso estando enfermas, para pagar una deuda inicial de 3 mil euros, que en algunos casos triplicaron.
El clan controlaba todos los aspectos de sus vidas: desde su llegada al aeropuerto, hasta el dinero que ganaban, pasando por vigilancia constante a través de cámaras, amenazas y manipulación. Además de los abusos sexuales, las víctimas eran obligadas a consumir drogas con los clientes y vivían en condiciones de hacinamiento.
Durante la operación, la policía confiscó más de 100 mil euros, vehículos, drogas, y bloqueó 19 cuentas bancarias utilizadas para blanqueo de capitales. Las autoridades también clausuraron dos de los inmuebles usados como prostíbulos.