La permanencia de Eric Adams como alcalde de Nueva York corre peligro tras el anuncio del juez encargado de su caso de corrupción, quien afirmó necesitar más tiempo para decidir si archiva los cargos.
La administración de Donald Trump pidió cerrar el caso, alegando que se trata de una persecución política que afecta tanto la lucha contra la inmigración irregular como su campaña de reelección en 2025. La solicitud de Trump provocó la renuncia de al menos siete fiscales en Nueva York y Washington.
Adams, acusado de financiación ilegal de campaña y sobornos, se ha declarado inocente y se niega a dimitir, aunque la presión aumenta. Cuatro de sus principales colaboradores presentaron su renuncia recientemente, mientras que Adrienne Adams, presidenta del Consejo Municipal, le instó a abandonar el cargo. Además, la gobernadora Kathy Hochul, quien tiene el poder de destituirlo, se reunió con líderes locales para analizar posibles soluciones que garanticen la estabilidad en la ciudad.
Aunque Adams resista, su futuro político se ve comprometido. Las encuestas reflejan un creciente descontento entre los neoyorquinos, lo que podría disminuir significativamente sus posibilidades de ser reelegido.