La reactivación de la minería metálica en El Salvador continúa siendo un tema polémico. Mientras el gobierno destaca las potenciales ventajas económicas.

cerca de 500 personas se congregaron frente a la Biblioteca Nacional de El Salvador, para manifestar su rechazo a la minería metálica. Los asistentes destacaron su preocupación por los posibles impactos ambientales, especialmente la contaminación de fuentes hídricas como el río Lempa, que abastece a gran parte de la población.

En respuesta a la manifestación, el presidente Nayib Bukele afirmó en redes sociales:

«Hoy toda la oposición local convocó a una manifestación masiva contra la minería. Todos los partidos políticos se sumaron al llamamiento, junto con el 90% de las ONG, universidades, iglesias y grupos activistas. Llevaron a cabo una campaña de un mes en los principales medios de comunicación y las redes sociales, contaron con el apoyo de los medios de comunicación más poderosos del país, eligieron un día festivo (el domingo) para que nadie tuviera que trabajar, organizaron actos preparatorios y más. Esto es lo que lograron. Está claro que no hay oposición sin dinero de USAID».


En reiteradas ocasiones, el mandatario ha señalado que, según estudios, El Salvador posee yacimientos de oro valorados en 131,000 millones de dólares, lo que equivaldría al 380% del PIB del país.

En 2017, El Salvador se convirtió en el primer país del mundo en prohibir la minería metálica, tras intensos debates sobre los riesgos ambientales y sociales asociados. La reciente derogación de esta prohibición y la aprobación de la nueva ley han reavivado las discusiones y generado divisiones en la opinión pública.