El gobierno de Japón ha lanzado una advertencia de emergencia ante la probabilidad de un “mega terremoto” de magnitud 8 o superior, que según un informe oficial, de no reforzarse urgentemente las medidas de prevención y evacuación, este evento sísmico podría costar la vida a casi 300, 000 personas, así como provocar un desplazamiento de entre 9 y 12 millones de habitantes.
Los expertos estiman que alrededor de 215, 000 muertes corresponderían a víctimas de un tsunami, 73, 000 a colapsos de edificaciones y 9, 000 a incendios, además de entre 26, 000 y 52, 000 muertes indirectas por deterioro de las condiciones sanitarias en refugios.
La reciente actualización reduce en un 10 % las cifras previas (de hasta 323 000 muertos en 2012), gracias a mejoras en infraestructura y refuerzos antisísmicos. Sin embargo, aún queda un amplio margen para fortalecer la seguridad nacional.
Con una probabilidad de entre 70 % y 80 % de que el mega terremoto ocurra en las próximas tres décadas, el gobierno japonés está obligado a mantener un alto nivel de alerta y fomentar simulacros constantes.
Japón se encuentra entre los países más sísmicamente activos del planeta, en parte debido a su ubicación en el Anillo de Fuego del Pacífico y también porque cuenta con la red de monitoreo sísmico más avanzada y densa del mundo.
Esta combinación le permite detectar con precisión una gran cantidad de movimientos telúricos, lo que, según el Servicio Geológico de Estados Unidos, lo coloca junto a Indonesia como una de las naciones que más terremotos registra a nivel global.